La belleza útil

Hoy quiero hablar de lo que es en el 99% de los casos el objetivo principal del entrenamiento. Hace varios años, cuando en el gimnasio que trabajaba solo teníamos clases de Crossfit (entrenamiento funcional), un alumno me vino a plantear que le arme una rutina con el único objetivo de hacerlo bello. Y la verdad que me descoloco, en 11 años de experiencia fue la única vez que alguien fue tan directo. A la gente le cuesta mucho aceptar que va al gimnasio en busca de la belleza, como si su búsqueda fuera algo banal o negativo.

Yo que siempre tuve algo de afición por la filosofía lo primero que hice es preguntarme que es la belleza, es obvio que no se puede armar una rutina de entrenamiento que no tiene en claro el objetivo que persigue. Y ahí es donde empecé a enredarme y leyendo me di cuenta que esto ya le había pasado a todos los filósofos de la historia, definir que es la belleza es algo sumamente complejo.

Si pretendemos hacer una reconstrucción histórica de este término, la única palabra de la antigua Grecia que impropiamente puede traducirse como “bello” es kalón, que significa “lo que gusta”, lo que suscita admiración y atrae la mirada. El objeto bello en la medida, que satisface los sentidos, especialmente la vista y el oído.

La principal dificultad que plantea tratar de definir la belleza es si esta es algo subjetivo o es objetivo. Cuando pensamos en la belleza subjetiva estamos hablando de un valor que se le agrega a la cosa o al ente y que es independiente de este. Depende del que en ese momento está juzgando el objeto de bello o de feo, y este juicio va a estar obviamente condicionado por un montón de cuestiones propias del que observa. Esta es una creación de la cultura que se nos impone y que a cada uno va a afectar de manera distinta.

El problema surge cuando pretendemos que el entrenamiento persiga este objetivo. Cuando queremos modificar nuestro cuerpo para que encaje en los gustos y preferencias de los demás. Dejar a todos contentos es imposible, por otro lado, en cuanto podemos modificar nuestro cuerpo presenta ciertas limitaciones.


En 1940 el científico William Sheldom, clasificó según características propias de metabolismo, constitución ósea, masa muscular y capacidad de acumulación de grasa. Distintos topos de cuerpo de la siguiente manera: endomorfo, ectoformo y mesoformo.

  • Endomorfo: Tienden a acumular grasa corporal fácilmente, mantener el peso o bajar unos kilos es un gran reto para las personas endomorfas, lo que buscan generalmente es quemar grasa, pero la ventaja es que ganan masa muscular con facilidad bajo una buena rutina de entrenamiento.
  • Ectoformo: Son personas con extremidades largas y bajo peso, con estructura ósea delgada, les cuesta aumentar masa corporal y muscular a pesar de comer lo que sea.
  • Mesoformo: Es el tipo de cuerpo más agraciado genéticamente, en esta sociedad, ya que no acumula grasa y mantiene masa muscular a pesar de hacer poco ejercicio o ser inconstante.

Desde este punto de vista el panorama resulta bastante desalentador, y mucha gente cae en esto y al considerar la belleza como algo imposible, desisten de buscarla.

Lo interesante es plantear si puede existir una belleza objetiva un conjunto de valores o características que pertenezcan a las cosas en sí, o sea que la belleza existiría aún en el caso de que no existieran las cultura o los seres humanos. Según Sócrates si, que terminó distinguiendo al menos tres categorías estéticas distintas: la belleza ideal, la belleza espiritual y la que va a interesarnos a nosotros que va a ser la belleza útil o funcional.

Sócrates plantea que todo puede ser bello si cumple con las funciones para la cuales fue diseñado, y nos pone de ejemplo un escudo. Puede existir un escudo de oro y adornado con piedras preciosas, pero si este resulta demasiado pesado, su mango poco anatómico de manera que no sirva en la batalla, nadie lo va a considerar un bello escudo, puede ser una linda ensaladera pero nunca un escudo bello.

Bueno así es que terminé creando las clases de hipertrofia funcional, que son rutinas que persiguen la belleza útil, buscamos un cuerpo que es bello porque expresa lo que puede hacer, sin sacrificar en esta búsqueda funcionabilidad.

El entrenamiento debería ir en esta dirección, debería permitirnos sentir que el cuerpo es fuerte, que es flexible, que es un medio para disfrutar de la vida y no una carga. La gente debería preocuparse más en entrenar para sentirse bello y no para que los demás nos vean asi.

Prof. Agustín Hormanstorfer

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